(Entrevista) José Gregorio Hernández, el médico cineasta
José Gregorio Hernández, el médico cineasta
Rafael Mendoza
En medio del ajetreo que invadía
las salas del cine del C.C Las Tapias, José Gregorio Hernández permanece
tranquilo, con impecable vestimenta y perfectamente maquillado, la película que
dirige, y en la que también actúa, recién ha sido proyectada en la sala 1, y se
puede notar ligeramente el orgullo en sus ojos ambar.
Cineasta, sí, pero también médico
con una especialidad en cirugía bioplástica, y es, según palabras del propio
Hernández, la disciplina el elemento que amalgama estas dos profesiones tan
diferentes que a día de hoy él ejerce a la par. “La medicina es, de hecho, la
que apalanca desde el punto de vista de la producción ejecutiva, todos estos
excesos que son parte de este arte”, aclara Hernández.“Para mí la medicina es la octava
arte”, dice el director de “Ámbar”, película que participó en el Festival de
Cine Venezolano en su décimo cuarta edición, quien además admite sentirse “un
poco ególatra” al hacer tal declaración, que justifica diciendo “porque
trabajamos con la salud, que es belleza, y sobre todo yo que como cirujano debo
siempre tomar en cuenta lo estético”.
Actualmente Hernández, zuliano de
nacimiento, rasgo que se le escapa sutilmente en su tono de voz, se encuentra erradicado
entre Madrid y Santa Rita, un pequeño pueblo pesquero a minutos de la ciudad de
Cabimas en el estado Zulia. Esta condición, sumada a la experiencia académica
que tuvo el cineasta en la Universidad Complutense de Madrid, han hecho que
deba “tropicalizar su visión” que se había vuelto muy europea debido a la formación
cinematográfica que obtuvo en la capital española.
Su primer gran trabajo fue “El
secreto de mi amigo Sebas”, largometraje que si bien lo llevó a participar en
una edición anterior del Festival, el director la considera “una muy mala
experiencia”, ya que en el 2007 empezó con el proyecto de forma autofinanciada,
pero al asociarse con personas “no conocedoras” la producción de la película lo
llevó al borde de la quiebra. Pero esta película tiene un lado feliz y de
redención para Hernández, ya que después de la publicación del filme en una versión
comercial, el cineasta decidió enmendar su error y publicó su versión de la
cinta que le sirvió para redimirse y aprender de sus errores.
Lo próximo que veremos del
creador del cortometraje “La Gran Victoria”, tendrá como nombre “Íntimos
Relatos”, un drama erótico que se espera se proyecte en las salas de cine en el
mes de noviembre. Un trabajo en el que, al contrario de “Ámbar”, Hernández no
censurará nada y narrará sin tapujos historias sexuales. La película con la que
participa en el festival este año, por su parte, es una cinta que el director
quiso ofrecer para todo el público y desde la concepción misma del proyecto
hubo mesura, además el largometraje contó con la codirección de María José
Aular, quién para él fue una persona que le ayudó a “bajarle dos”
al tono y a la intensidad de la película.
“Ámbar es una película que mezcla
todo el ímpetu de su realizador, que no le tiene miedo a contar un discurso,
con el equilibrio y el talento venezolano”, de esta forma describe el
realizador su película y además agrega que él siempre buscó desde el guion y el
casting que las personas se pudieran
identificar con cada uno de los personajes del filme. “Quizá él difícil soy yo”,
dice Hernández, al ser preguntado por como fue el trabajo en conjunto con
Aular, pero califica la experiencia como muy buena, y donde desde el primer
momento hubo unos roles bien claros y definidos por él, que siempre se
respetaron. “Ella fue mi mano derecha junto al director de fotografía mientras
yo estaba frente a las cámaras”.
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